La nube de ceniza provocada por la erupción del volcán islandés Eyjaftjalla ha llegado a Marruecos por primera vez y ha producido el cierre de los once aeropuertos del país.
No está mal que madre tierra se revele en contra de la humanidad y que haga que el tráfico aéreo se detenga por unas horas o días, éste no ha dejado de aumentar agresivamente en las últimas décadas y es responsable de buena parte de la contaminación de este mundo nuestro.
Como nadie tiene la culpa, los pasajeros esperan que las compañías resuelvan el problema de la reorganización. Y ahí otra vez queda muy clara la diferencia entre las compañías serias y las no tan serias.
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