Durante el concierto, en el que Carlinhos se entregó al público, se le ocurrió bajar del escenario y acercarse al público. Para ello el brasileño tuvo que saltar unas cuantas barreras, la de la zona vip y la zona de pago, donde una entrada cuesta un salario para mucha gente en Marruecos. Al hacerlo se encontró con la estupefacción de los cuerpos de seguridad de los vips, a los que no dejó de repetir "pas problème" cuando éstos no sabían si dejarle pasar o lanzarse encima suyo para bloquearlo...
Al final el artista se quedó encima de una de las vallas, una frontera, mirando a sus músicos y dándose cuenta de que su público estaba dividido por clases sociales. Los vips, los palcos privados, el público de pago y al fondo, muy lejos, el populacho.
Espero que Carlinhos no se desanime y siga pensando que un mundo mejor es posible. Sociedades tan clasistas como la marroquí existen y existirán por el interés de muchos.
1 comentario:
Bueno Yo soy Marlio Cortés, el director de DANZA CARIBE una compañía de danza Colombiana que actuó también en el festival y ese día que era nuestro descanso fuimos a ver y a escuchar a Carlinhos pues somos seguidores de su música y vimos como el llego hasta donde estábamos y se conectó con nuestra alegría.
Carlinhos es tremendo músico y persona pues incluso al final se fotografió con nosotros.
Un aplauso para un músico tan grande y tan sencillo.
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