Estos días en Madrid se han congregado más de un millón de lo que un camarero de un café de la Plaza Mayor llamó "papazombies".
Son un montón de chicas y chicos, la mayoría, de buenas familias de todo el mundo, de familias creyentes que supongo yo pensarán que es mejor que la nena o el nene se vaya a saludar al Papa a Madrid a que se vaya a tomar drogas por ahí... Bueno, supongo yo que es una manera aceptable de ver la vida.
Eso si, esto del peregrinaje ha mejorado un montón desde los tiempos en los que la gente iba a Lourdes o a Santiago de Compostela caminando. Estos chavales van equipados con iPhones, iPads o Blackberries y no dejan de surfear, actualizar sus perfiles en Facebook o llamar a papá y mamá para explicarles el buen rollito que hay en Madrid.
De paso han desbordado los Pizza Huts, los McDonalds, los Starbucks y algun que otro café. Un tendero me explicaba hoy que ayer vendió 1,500 euros en botellas de agua, así que, digo yo, estos chavales también se están dejando una buena pasta en la ciudad. Evidentemente yo, como ateo, no estoy de acuerdo con el gasto de dinero público para actos así, que se lo paguen ellos o que se lo organicen encima de una montaña perdida. Pero también creo que si se tratara de la organización de un mundial de fútbol o de unas olimpiadas (eso si que cuesta un pastón en infraestructuras, personal y demás), nadie saldría a manifestarse...
Y hay cosas que dan gracia, como por ejemplo que utilicen la Plaza Mayor como punto de reunión. La inquisición quemó ahí a unos cuantos herejes en su época, quizás alguien tendría que explicarles a estos chicos y chicas algo de historia. También sorprende oir cánticos como "esta es la juventud del Papa" después de todos los escándalos de pedofilia que se han dado en las entrañas de la iglesia católica...
En resumidas cuentas, que cuando acabe este circo todos se repartirán los beneficios, sean económicos o políticos, a parte del subidón que están vivendo todos los curas de las iglesias de la capital del reino, estoy seguro de que pocos de ellos han visto jamás sus iglesias tan llenas como en estos días.
Saludos desde Madrid.
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