lunes, 11 de julio de 2011

Cambio miseria por pan

Estas jóvenes fueron dejadas en la estacada por sus maridos, son divorciadas o viudas. Son madres solteras, una especie rechazada por la sociedad marroquí, sea cual sea la razón de su situación. La mujer violada es excluida de la familia, hasta expulsada o escondida. Un destino difícil para una mujer en Marruecos, que depende de la protección de la familia y el matrimonio. Por lo general sin formación, estas mujeres pasan rápidamente de una situación injusta a la miseria absoluta.


Una ONG alemana, "Brot gegen Not" (pan contra miseria) trata de dar a estas mujeres de uno de los barrios pobres de Casablanca, Marruecos, una salida profesional, un futuro, una profesión. En el centro Sidi Bernoussi aprenden bajo la tutela de un panadero alemán a hacer pan. Allí pueden dejar a sus hijos en una sala donde dos educadoras los atienden mientras ellas trabajan amasando y horneando pan tipo alemán que piensan comercializar entre la comunidad de expatriados del país.


Las reformas constitucionales, los cambios legislativos o jurídicos, los proyectos de nuevas infraestructuras o la creciente economía se llevan a cabo en esta época de cambios en Marruecos. Lo que no cambia es la mentalidad de sus gentes, eso no se cambia a golpe de decreto. Estas mujeres seguirán siendo repudiadas por su sociedad. La violada seguirá siendo considerada culpable por haber sido violada. La viuda seguirá siendo rechazada por no servir ya para nada. La separada o divorciada seguirá siendo despreciada por haber rechazado a un hombre o ser rechazada por él.


Estas mujeres han recobrado la dignidad, aprenden un oficio y sus hijos tienen algo que llevarse a la boca. Eso es un éxito. Lastima que estas iniciativas tengan que llegar desde el extranjero...

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