Cada año, con la llegada del verano, el estrecho de Gibraltar toma protagonismo por el trasiego de mercancías y personas de un lado a otro. Marroquíes que bajan a pasar sus vacaciones antes del temido Ramadan, turistas europeos y camiones cargados de frutas y verduras hacia el norte y de productos que en Marruecos no se producen hacia el sur.
A todo esto la novedad de este año es la inauguración del puerto TangerMed para tránsito de personas. Un puerto de los denominados hub en el que se han instalado los más modernos sistemas de detección y control de entrada y salida. El esfuerzo marroquí para controlar sus fronteras es considerable, supongo que así se ganan la confianza de Europa porque por otro lado siguen llegando pateras continuamente a las costas españolas.
La policía aduanera controla cada camión con un escaner que mide no sólo calor sino también latidos de corazón.
La inclusión de mujeres policía, una labor seguro complicada en un estamento tan "tradicional".
La llegada en masa de marroquíes residentes en el extranjero cargados hasta los dientes es algo ya normal. El robo de bicicletas aumenta con la llegada del verano en todas las ciudades europeas, mientras que casualmente a Marruecos llegan a miles y son vendidas en los mercadillos de calle por 100 o 200 euros...
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