martes, 16 de junio de 2009

Hasta que la muerte les separe...


Estos subsaharianos han huido de sus países por diferentes razones y ahora se encuentran en situación de refugiados en Marruecos, donde no tienen ni carnet de identidad, ni permiso de trabajo, ni acceso a servicios sociales o a la educación de sus menores.

Estos días se han sentado frente a la sede del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Rabat para pedir su reinstalación en otro país que cumpla con la Convención de Ginebra.


Se ven obligados a mendigar, a robar y a prostituirse para sobrevivir... son solo unos 700 y da la sensación de que su desgracia no le importa a nadie.


A veces son agredidos por el simple hecho de ser más oscuros que los demás, son detenidos por la policía, son expulsados del país. Parece que no basta con la desgracia que han tenido que vivir en sus países de origen, parece que están destinados a ser maltratados hasta que la muerte les separe de esta cruda existencia.

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