martes, 9 de septiembre de 2008

Mujer... ¿vamos a la playa?

Llegan a la playa, se sacan los zapatos y tal cual al agua... así se bañan muchas mujeres en Marruecos. Que cada uno saque sus propias conclusiones...





viernes, 29 de agosto de 2008

Entierro de un inmigrante

Cinco meses después de que su patera naufragara en las costas gaditanas y se ahogaran trece seres humanos, el cuerpo de uno de ellos, Seddik Gnaouat, marroquí de 35 años, casado y con tres hijos, ha sido devuelto a sus familiares para ser enterrado en su comunidad natal.


Nadie sabía que Seddik quería intentarlo de nuevo, ni tan siquiera su mujer. El tercer intento comenzó el pasado 1 de enero con su partida hacia Tánger. Allí se encontraría con las mafias encargadas del cruce del estrecho, esa gente que nunca vemos pero que están ahí, esos deben tener las manos tan manchadas de sangre que ni siquiera recuerdan si tuvieron alguna vez conciencia.

La patera de Seddik apareció una madrugada cualquiera en una playa gaditanta cualquiera, qué importa, lo que importa es que ese fue su final.


Hoy, en su pueblo, pueden finalmente enterrarlo después de meses de papeleos y de conseguir los 3.500 euros que cuesta el traslado del cuerpo desde Cadiz hasta Haouafad. Me gustaría saber porqué una furgoneta con tres cuerpos tiene que cobrar 11.600 euros por ese transporte por un viaje de tres días... pero que, bajo mi punto de vista, las funerarias tienen un negocio abusivo no controlado por nadie es motivo de otra entrada en cualquier blog...



El hermano de Seddik nos cuenta como nadie se explica de dónde sacó tanto dinero como para pagar la patera. Haouafad pertenece a ese Marruecos profundo, que no siente el boom inmobiliario ni la creciente industrialización del país. En un lugar como ese solamente existen dos salidas, o te vas o te quedas y te dedicas a la agricultura. Alguien pensara, pues como en cualquier zona rural de todo el mundo... pues la diferencia es que en las zonas rurales de los paises del tercer mundo (lo siento, pero Marruecos pertenece socialmente al tercer mundo) la gente apenas tiene para comer y la salida de los jóvenes a otros lugares se hace casi imposible.


Quizas por eso Seddik, a pesar de su edad, quiso recuperar su sueño de juventud y jugarse la vida intentando cruzar esos 14 kilómetros malditos.

Desde Tánger España esta ahí, no parece estar tan lejos. Cualquiera en Tánger sabe que algún deportista blanquito y bien entrenado hasta ha cruzado el estrecho a nado...


Estas fotos sólo muestran la última media hora de sufrimiento de la familia y de los amigos de Seddik. Me puedo llegar a imaginar cómo empezó todo unos meses atras, cuando alguien les comunicó que Seddik estaba en una morgue en Cadiz... y más tarde cuando vino la guardia civil para hacer pruebas de ADN a diferentes familias...